4 CUESTIONES A JAVI SÁNCHEZ

Javi en Assisi
Javi en el estudio

Javi Sánchez, cantautor, trovador de cosas nuevas, de esperanzas que llegan desde el compromiso firme y claro de luchar por un mundo más justo y diferente. Está grabando su último trabajo en Assisi Producciones, su familia en lo musical y más...

 

Porqué un nuevo disco?

 

La realidad ha sido que durante estos años, a pesar de no haber editado discos, no he cesado de realizar conciertos, ni de componer; por un lado para responder a la demanda de la gente que han escuchado los temas y querían tenerlos grabados con calidad; y por otro lado porque ahora se han dado las circunstancias idóneas para hacerlo.

En los conciertos, las canciones han adquirido un rodaje y una madurez que ha hecho que la selección sea muy fácil; adecuado a lo que el público quería oír.

 

Cúal es el mensaje?

 

En continuidad con lo que ha supuesto toda mi trayectoria anterior quiero transmitir un mensaje de esperanza, de coherencia y valentía a la hora de asumir los valores del Evangelio como una propuesta de vida; teniendo muy presente a los jóvenes que se sienten alejados de la Iglesia o ignorados por ella.

 

  

Porqué Assisi Producciones?

 

Dentro del panorama musical cristiano en España son el ejemplo vivo de como compaginar calidad profesional y coherencia con los valores del Evangelio: gratuidad, generosidad, humildad y cercanía.

Assisi es mi familia, no sólo en el aspecto musical; compartimos planteamientos y puntos de vista sobre la encarnación de estos valores.

 

Cómo ve la Iglesia?

 

Creo que estamos en un momento decisivo para no perder definitivamente a los jóvenes, su sensibilidad, su lenguaje, su manera de hacer las cosas, tienen que encontrar el espacio adecuado.

Nuestra generación ya ha hecho lo que tenía que hacer; es tiempo, no solo de acompañarles sino de darles el absoluto protagonismo. Es su tiempo.

En la medida en que se asuma esta actitud de apertura hacia ellos, la Iglesia seguirá siendo un referente válido y no un vestigio del pasado.

En ese sentido, soy moderadamente optimista, no tanto en lo que se percibe en la “iglesia oficial” sino como en la iglesia de base.

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